Los inicios de Gucci no han estado exentos de turbulencias. Sin embargo, hoy en día la empresa sigue manteniéndose en el panorama internacional de la moda y sigue siendo fiel a la política de su fundador.
En 1881, en una familia de artesanos pobres de Florencia, nació un hijo llamado Gucci. Desde muy joven, el niño admiraba el trabajo de su padre creando sombreros de mujer y aprendió el arte de la costura.
Su primer intento de abrir su propio negocio, un taller de arneses para caballos, no tuvo éxito y llevó al muchacho a endeudarse.
Tras trasladarse a Londres, Guccio trabajó como ascensorista, portero y botones en un prestigioso hotel. Irónicamente, fueron estos diez años los que desencadenaron la creación de la casa de moda.
Durante sus años como hotelero, Gucci aprendió a reconocer la posición y la clase social de un huésped por su equipaje. Sus maletas exclusivas y de alta calidad eran las preferidas por los ricos y poderosos.
Con un ahorro de 30.000 liras, el joven regresó a Florencia en 1922 para volver a intentar su negocio. Esta vez inició la producción de maletas y equipos para jockeys en pieles preciosas.
Aldo, el mayor de los seis hijos de Gucci, fue el creador del famoso logotipo de Gucci. El pequeño taller se convirtió en 1937 en una pequeña fábrica que también producía guantes, bolsos, bufandas y corbatas. Un año después se abrió la primera tienda insignia.
Los tiempos de crisis trajeron consigo la escasez de cuero, lo que llevó al desarrollo de diseños de lino, yute y cáñamo. Así es como el mundo conoció el famoso Bamboo Bag, un bolso en miniatura hecho con tallos de bambú.
Tras la muerte de Gucci, Aldo se trasladó a Estados Unidos y se hizo cargo de la expansión del negocio de su padre. Fue allí donde ocurrieron cosas históricas: apareció la reconocible trenza rojiverde, se abrió una boutique, se lanzó una colección de ropa femenina y los productos de la marca empezaron a aparecer en las pantallas de cine. El nieto de Guccio, Paolo, se hizo cargo de la rama de perfumería de la empresa.
A finales de los años 70, el estatus de la marca de lujo se resintió con el lanzamiento de una línea de accesorios de bajo coste -la Colección de Accesorios Gucci-, un éxito entre los consumidores, pero que perjudicó la reputación de la empresa.
A Paolo se le ocurrió entonces desbancar a su padre, por lo que éste le echó del negocio. En represalia, su hijo denunció a Aldo por no pagar impuestos. Tras la detención de Aldo, su lugar lo ocupó su sobrino Maurizio Gucci, que se asoció con Paolo y empezó a vender productos de baja calidad con el famoso logotipo.
Para evitar el colapso, Maurizio vendió la empresa familiar a Investcorp. Bajo la dirección de Domenico De Sol, en los años 90 se produjo una reforma global de la producción y el nombramiento de Thomas Ford como director creativo de la empresa, lanzando una línea de ropa masculina muy solicitada. A continuación, Gucci estuvo encabezada por Alessandra Facchinetti y Frida Giannini. Desde 2015 hasta la actualidad, Alessandro Michele ha sido el director creativo de la firma.
El Grupo Gucci es propietario de todas las marcas de ropa y relojes Gucci, YSL y Sergio Rossi. La casa de moda hace entregas benéficas en efectivo a los pobres de los países asiáticos, ayudando a las mujeres en materia de educación, salud y situaciones vitales difíciles.